

Salmo 38 Completo y Con Explicación
Introducción al Salmo 38
El Salmo 38, "Salmo de David. Para conmemorar", es una de las siete "Salmos Penitenciales" (junto con los Salmos 6, 32, 51, 102, 130 y 143). Este salmo se caracteriza por ser un lamento profundamente personal donde David clama a Dios desde el dolor físico y emocional, sintiendo que su aflicción es un castigo directo por su pecado. El tema central es el reconocimiento de la propia iniquidad, la agonía del sufrimiento (descrito vívidamente como enfermedad y abandono) y la humilde súplica por la misericordia y ayuda divina, manteniendo la esperanza únicamente en el Señor.
Salmo 38 Completo
1.Salmo de David.
2.Para conmemorar.
3.Jehová, no me reprendas en tu furor,
5.Porque tus flechas han caído sobre mí,
6.Y sobre mí ha descendido tu mano.
7.Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira;
8.Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.
9.Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza;
10.Como carga pesada se han agravado sobre mí.
11.Hieden y supuran mis llagas,
12.A causa de mi locura.
13.Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera;
14.Ando enlutado todo el día.
15.Porque mis lomos están llenos de ardor,
16.Y nada hay sano en mi carne.
17.Estoy debilitado y molido en gran manera;
18.Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.
19.Señor, delante de ti están todos mis deseos,
20.Y mi suspiro no te es oculto.
21.Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor,
22.Y aun la luz de mis ojos me falta ya.
23.Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga,
24.Y mis cercanos se han alejado.
25.Los que buscan mi vida arman lazos,
26.Y los que procuran mi mal hablan iniquidades,
27.Y meditan fraudes todo el día.
28.Mas yo, como si fuera sordo, no oigo;
29.Y como mudo que no abre la boca,
30.Soy, pues, como un hombre que no oye,
31.Y en cuya boca no hay reprensión.
32.Porque en ti, oh Jehová, he esperado;
33.Tú responderás, Jehová Dios mío.
34.Dije: No se alegren de mí;
35.Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí.
36.Ciertamente estoy para claudicar,
37.Y mi dolor está delante de mí continuamente.
38.Por tanto, confesaré mi maldad,
39.Y me contristaré por mi pecado.
40.Porque mis enemigos están vivos y fuertes,
41.Y se han multiplicado los que me aborrecen sin causa.
42.Los que me devuelven mal por bien
43.Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
44.No me desampares, oh Jehová;
45.Dios mío, no te alejes de mí.
46.Apresúrate a ayudarme,
47.Oh Señor, mi salvación.
Explicación del Salmo 38
Este salmo se divide típicamente en tres secciones que reflejan la progresión del sufrimiento a la súplica: 1. La Condición y el Reconocimiento de la Culpa (v. 1-10): David inicia su lamento suplicando que el castigo (representado por las "flechas" y la "mano" de Dios) sea moderado. Aquí, el sufrimiento físico (v. 3-8: falta de salud, llagas, dolor, debilidad) se interpreta directamente como la consecuencia de su pecado ("a causa de mi locura", v. 5). Para el pensamiento hebreo, el pecado y la enfermedad a menudo estaban vinculados. David no solo está enfermo, sino también abrumado por el peso de su iniquidad (v. 4), lo que lo deja encorvado y humillado. 2. El Abandono y la Enemistad (v. 11-14): La miseria de David se agrava por el aislamiento social. Sus amigos y vecinos se han distanciado, temiendo quizás su plaga o asociándolo con la maldición divina. Peor aún, sus enemigos utilizan su debilidad como una oportunidad para conspirar y difundir mentiras. David decide adoptar una postura de silencio estratégico (v. 13-14), optando por no responder a las acusaciones, sino poner su esperanza y defensa únicamente en Dios (v. 15). 3. La Confesión y la Oración Final (v. 15-22): El punto de inflexión es el v. 15, donde la esperanza se declara firmemente: "Porque en ti, oh Jehová, he esperado; Tú responderás, Jehová Dios mío". David teme que su caída sea motivo de burla para sus adversarios. Por ello, renueva su confesión (v. 18: "confesaré mi maldad, y me contristaré por mi pecado"). Esta confesión es el camino hacia la restauración. El salmo concluye con una triple súplica urgente (v. 21-22): "No me desampares", "no te alejes" y "Apresúrate a ayudarme", demostrando que, a pesar de la desesperación, la confianza final reside solo en el poder salvador de Dios.
Reflexión del Salmo 38
El Salmo 38 nos confronta con la realidad ineludible del sufrimiento que surge de la conciencia de nuestro propio pecado. En la vida moderna, a menudo buscamos culpar a factores externos por nuestro dolor, pero este salmo nos enseña la importancia de la introspección y la responsabilidad. La verdadera paz no llega a través de la negación, sino a través de la confesión sincera ante Dios (v. 18). Cuando nos sentimos "encorvados" (v. 6) por la culpa o la aflicción, y experimentamos el abandono social, David nos da un modelo de respuesta: silenciar las voces acusatorias del mundo y dirigir nuestro lamento y nuestra esperanza directamente a Dios (v. 15). El mensaje principal es que la aflicción (física o espiritual) puede ser una herramienta divina para llevarnos al arrepentimiento. Nuestra tarea es no rendirnos ante la desesperación, sino perseverar en la fe, sabiendo que el Señor conoce todos nuestros deseos y suspiros (v. 9) y es Él, y solo Él, nuestra "salvación".
Oración Basada en el Salmo 38
Oh, Señor y Dios mío, que conoces los más profundos deseos de mi corazón y mis suspiros no te son ocultos (v. 9). Confieso ante Ti la carga de mis iniquidades, que se han agravado sobre mi cabeza como un peso insoportable. Perdóname por mi locura y mi falta, que han causado dolor en mi alma. Me siento débil y abandonado, y el enemigo acecha mi caída. Te ruego, Señor, no me reprendas en tu furor, sino mírame con misericordia y con prontitud. Aunque mis amigos se alejen, y mi vigor me falte, mi única esperanza eres Tú (v. 15). No te alejes de mí, oh Jehová. Apresúrate a ser mi ayuda, pues solo en Ti encuentro mi salvación. Amén.



