Salmo 46 Completo con Explicación
Salmo 46 Completo con Explicación

Salmo 46 Completo y Con Explicación

Introducción al Salmo 46

El Salmo 46 es un “Cántico sobre Alamot” (posiblemente un tipo de melodía o instrumento) atribuido a los hijos de Coré. Es uno de los salmos de mayor confianza en toda la Escritura. Su tema central es la inquebrantable soberanía de Dios en medio de la destrucción, el caos y la agitación política. Históricamente, pudo haber sido compuesto después de una liberación milagrosa de Jerusalén, quizás durante la invasión de Senaquerib (2 Reyes 19). Este salmo proclama que Dios es el refugio y fortaleza de Su pueblo, un "Castillo Fuerte" que permanece firme mientras el mundo tiembla, inspirando una fe valiente y serena.

Salmo 46 Completo

1.Al músico principal; de los hijos de Coré.

2.Cántico sobre Alamot.

3.1 Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

4.2 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar;

5.3 Aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza.

6.Selah

7.4 Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo.

8.5 Dios está en medio de ella; no será conmovida.

9.Dios la ayudará al clarear de la mañana.

10.6 Bramaron las naciones, se conmovieron los reinos; dio él su voz, se derritió la tierra.

11.7 Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.

12.Selah

13.8 Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto asolamientos en la tierra.

14.9 Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra; que quiebra el arco, y corta la lanza; y quema los carros en el fuego.

15.10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; engrandecido seré en la tierra.

16.11 Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.

17.Selah

Explicación del Salmo 46

Este salmo se divide en tres estrofas, cada una terminando con un llamado a la pausa (Selah) o con el glorioso estribillo (versículos 7 y 11). Versículos 1-3 (La Seguridad Inmutable): El salmista comienza con una declaración de fe incondicional. La imagen de la tierra siendo "removida" y los montes "traspasados al corazón del mar" (v. 2) utiliza el simbolismo de un cataclismo cósmico, representando las peores crisis de la vida o las amenazas nacionales. No importa cuán grande sea el caos externo, el creyente no necesita temer porque Dios está activamente presente como "pronto auxilio". Versículos 4-7 (La Ciudad Refugiada): El contraste entre el mar turbulento y el río tranquilo (v. 4) es notable. Mientras las naciones son como el mar en tempestad, la "ciudad de Dios" (Jerusalén o, espiritualmente, la Iglesia) es alimentada por un río cuyas corrientes traen paz y gozo. La presencia de Dios "en medio de ella" garantiza su estabilidad. La liberación es inminente (al clarear de la mañana, v. 5). El estribillo (v. 7), "Jehová de los ejércitos está con nosotros", es una poderosa declaración de que el Señor de todas las huestes celestiales es nuestro aliado. Versículos 8-11 (La Soberanía Final): Los últimos versículos son una invitación a contemplar la obra de Dios en la historia (v. 8), demostrando Su poder para traer la paz definitiva (v. 9). Él es el que, al final de los tiempos, hace cesar las guerras, destruyendo las armas de los imperios. Esto culmina en la famosa orden del versículo 10: "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios". Es un llamado a cesar la lucha, la ansiedad y la prisa, para reconocer Su dominio universal. El salmo se cierra reafirmando, por segunda vez, el estribillo de confianza en el Dios todopoderoso y fiel de Jacob.

Reflexión del Salmo 46

En nuestra era, donde las noticias y las redes sociales amplifican el bramido de las naciones (conflictos políticos, crisis económicas, desastres naturales), el Salmo 46 nos ofrece un anclaje espiritual vital. El mandamiento "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios" (v. 10) no es un llamado a la inacción pasiva, sino a la rendición activa de la ansiedad. Significa dejar de lado el intento de controlar el caos que nos rodea y, en cambio, centrar nuestra mirada en Aquel que ya tiene el control. Para la vida moderna, la reflexión se centra en esta quietud. ¿Dónde buscamos refugio cuando la tierra tiembla en nuestras vidas personales? ¿En nuestra capacidad de trabajo, en nuestras finanzas, o en el Dios inmutable? Este salmo nos invita a llevar nuestras mayores tribulaciones (nuestros "montes traspasados") a los pies de Cristo, sabiendo que Su presencia en nosotros (el río que alegra la ciudad) es la única fuente verdadera de paz en medio de la tormenta.

Oración Basada en el Salmo 46

Oh, Dios, Amparo y Fortaleza nuestra, elevamos nuestros corazones a Ti. Reconocemos que el mundo a menudo brama y se conmueve, y que las aguas de la tribulación amenazan con ahogarnos. Te damos gracias porque Tú eres nuestro pronto auxilio, inmutable ante el caos. Ayúdanos, Señor, a acallar las voces del miedo y la preocupación que nos asaltan. Te pedimos la gracia de "estar quietos" en Tu presencia, para poder "conocer" verdaderamente que Tú eres Dios, exaltado por encima de toda nación y de toda circunstancia. Que la paz de Tu río fluya en nuestra alma y que el conocimiento de que "Jehová de los ejércitos está con nosotros" sea nuestro refugio seguro. Sometemos a Ti nuestras batallas y nuestras cargas, confiando en que Tú eres Quien quiebra el arco y hace cesar toda guerra. Amén.