

Salmo 47 Completo y Con Explicación
Introducción al Salmo 47
El Salmo 47 es un vibrante himno de aclamación y regocijo, atribuido a los Hijos de Coré. Pertenece a la colección de Salmos de "Entronización" o "Realeza", que celebran a Yahvéh no solo como el Dios de Israel, sino como el soberano y Rey universal sobre todas las naciones. Su tema central es la exaltación de Dios tras una gran victoria o durante una fiesta litúrgica que conmemoraba Su ascenso y reinado glorioso, llamando a todo el cosmos a unirse en adoración jubilosa.
Salmo 47 Completo
1.Pueblos todos, batid las manos;
2.Aclamad a Dios con voz de júbilo.
3.Porque Jehová el Altísimo es temible;
4.Rey grande sobre toda la tierra.
5.Él someterá a los pueblos debajo de nosotros,
6.Y a las naciones debajo de nuestros pies.
7.Él nos elegirá nuestras heredades;
8.La excelencia de Jacob, al cual amó.
9.Selah
10.Subió Dios con júbilo,
11.Jehová con sonido de trompeta.
12.Cantad a Dios, cantad;
13.Cantad a nuestro Rey, cantad.
14.Porque Dios es el Rey de toda la tierra;
15.Cantad con inteligencia.
16.Reinó Dios sobre las naciones;
17.Se sienta Dios sobre su santo trono.
18.Los príncipes de los pueblos se reunieron,
19.Como pueblo del Dios de Abraham;
20.Porque de Dios son los escudos de la tierra;
21.Él es excelso.
Explicación del Salmo 47
Este salmo se divide en tres movimientos principales que celebran la soberanía divina. Versículos 1-4: La Convocatoria Universal. El salmista rompe el silencio con una orden imperativa: ¡Que todos los pueblos batan las manos y aclamen a Dios! Este acto no es exclusivo de Israel, sino una invitación global a reconocer que "Jehová el Altísimo es temible" (Vs 2), lo que significa asombroso y digno de reverencia, siendo Rey sobre toda la creación. Los versículos 3 y 4 reflejan el contexto histórico de Israel, donde el dominio de Dios se manifiesta en la protección de Su pueblo y la seguridad de su herencia (la Tierra Prometida), la cual fue elegida por amor a Jacob. Versículos 5-7: El Ascenso Triunfal. El clímax litúrgico es el versículo 5: "Subió Dios con júbilo". Si bien esto pudo haber representado el traslado ceremonial del Arca del Pacto a Jerusalén, teológicamente prefigura la ascensión de Cristo. La trompeta (shofar) marca la llegada o el entronamiento del Rey. El fervor se duplica con la insistente repetición de "Cantad" (Vs 6-7), enfatizando que la alabanza debe ser consciente y reflexiva ("con inteligencia"), reconociendo Su título de Rey de toda la tierra. Versículos 8-9: La Consumación del Reinado. Estos versículos afirman la realidad teológica: Dios ha "reinado sobre las naciones". Su trono es santo, inamovible. El salmo concluye con una visión profética de la unidad (Vs 9), donde los líderes y príncipes de los pueblos gentiles se unen a la comunidad del pueblo de Dios, reconociendo al Dios de Abraham. Los "escudos de la tierra" (los poderes terrenales o los líderes) pertenecen a Dios, lo que subraya Su absoluta majestad sobre toda autoridad humana.
Reflexión del Salmo 47
El Salmo 47 nos confronta con una verdad esencial: Dios reina soberanamente, incluso cuando nuestro mundo parece sumido en el caos o gobernado por poderes temporales y falibles. Nuestra "reflexión con inteligencia" (Vs 7) hoy debe llevarnos a depositar nuestra fe no en los gobiernos, las economías o las fuerzas humanas, sino en el Rey eterno. Este salmo es un antídoto contra la ansiedad y el pesimismo. Si "Subió Dios con júbilo", el reinado de Cristo es un hecho consumado. Por lo tanto, nuestra respuesta debe ser de júbilo constante, batiendo espiritualmente las manos en adoración, sabiendo que todas nuestras victorias (nuestras 'heredades') provienen de Su amor inmutable. Nos llama a vivir como ciudadanos de Su reino, cuyo Rey es "excelso", más allá de toda comparación terrenal.
Oración Basada en el Salmo 47
Oh, Rey de toda la Tierra, Jehová el Altísimo y temible, aclamamos Tu soberanía con voz de júbilo. Te damos gracias porque Tu trono es eterno y Tu dominio se extiende sobre todas las naciones y poderes. Te rogamos que nos concedas corazones que Te adoren "con inteligencia", reconociendo Tu majestad en cada circunstancia de la vida. Que el sonido de Tu trompeta nos recuerde que has ascendido en gloria. Ayúdanos, Señor, a vivir confiados en que Tú eres Quien elige nuestra herencia y somete todo mal bajo Tus pies. Que Tu Iglesia sea un testimonio vibrante de Tu reinado hasta que todos los pueblos se reúnan para adorarte. Amén.



