

Salmo 42 Completo y Con Explicación
Introducción al Salmo 42
El Salmo 42, "Como el ciervo brama", es el primero de los salmos atribuidos a los Hijos de Coré y marca el inicio del Libro II del Salterio. Es un "salmo de lamento y anhelo" que expresa una de las más profundas descripciones de la sed espiritual y la aflicción del alma. El autor se encuentra en un estado de exilio o gran distancia geográfica del Templo en Jerusalén, lo que causa una intensa angustia. El tema central es el anhelo desesperado por la presencia de Dios (el "Dios vivo"), luchando contra la desesperación interna y el escarnio externo de quienes preguntan: "¿Dónde está tu Dios?". Este salmo es famoso por su estribillo de autoconsejismo, que también se repite en el Salmo 43.
Salmo 42 Completo
1.Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
2.Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
3.Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
4.¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
5.Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
6.Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
7.Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí:
8.De cómo yo iba con la multitud, y los conducía hasta la casa de Dios,
9.Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
10.¿Por qué te abates, oh alma mía,
11.Y te turbas dentro de mí?
12.Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
13.Salvación mía y Dios mío.
14.Dios mío, mi alma está abatida en mí;
15.Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,
16.Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
17.Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;
18.Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
19.Pero de día mandará Jehová su misericordia,
20.Y de noche su cántico estará conmigo,
21.Y mi oración al Dios de mi vida.
22.Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí?
23.¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
24.Mis huesos se quebran con la afrenta de mis enemigos,
25.Cuando me dicen cada día: ¿Dónde está tu Dios?
26.¿Por qué te abates, oh alma mía,
27.Y por qué te turbas dentro de mí?
28.Espera en Dios, porque aún he de alabarle,
29.Salvación mía y Dios mío.
Explicación del Salmo 42
El Salmo 42 comienza con una metáfora poderosa (v. 1-2): el ciervo sediento que brama por agua. Esta imagen capta la intensidad del deseo del salmista por la presencia de Dios. El alma no solo desea, sino que "tiene sed... del Dios vivo", una necesidad vital y existencial. En los versículos 3 y 4, el lamento se profundiza. Sus lágrimas son su alimento, reflejando una aflicción constante. El dolor se agrava por el escarnio de los enemigos, quienes cuestionan la realidad de su fe ("¿Dónde está tu Dios?"). El recuerdo de las épocas de culto comunitario en Jerusalén ("la casa de Dios") contrasta agudamente con su aislamiento presente. El versículo 5 presenta el primer estribillo, un diálogo interno crucial. El salmista se confronta a sí mismo ("¿Por qué te abates, oh alma mía?") y se predica la verdad: la esperanza debe residir en Dios. Es un acto de fe voluntario ante el desaliento. En los versículos 6 a 8, el salmista revela su ubicación remota (la tierra del Jordán, los montes Hermón y Mizar, lugares al norte o este de Israel), lo que explica su separación del Templo. Utiliza la aterradora imagen de "un abismo llama a otro" y las olas que lo cubren (v. 7), simbolizando el desbordamiento de calamidades. No obstante, en medio de la tormenta, afirma su certeza de que Dios enviará Su misericordia de día, y de noche, habrá cántico y oración. Los versículos 9 a 11 vuelven a la queja. Llama a Dios su 'Roca', pero se siente olvidado, y la opresión del enemigo es tan hiriente que es como si le quebraran los huesos con sus burlas. El Salmo concluye repitiendo el estribillo (v. 11), enfatizando que, a pesar de la turbación, la decisión final es esperar y alabar al Dios que es su Salvación.
Reflexión del Salmo 42
La aplicación moderna del Salmo 42 radica en su honestidad al enfrentar la depresión espiritual y emocional. Todos experimentamos momentos de 'sequía' o sentimos la ausencia de Dios, ya sea por circunstancias difíciles, enfermedad, o la simple rutina. Este salmo nos enseña que está permitido expresar esa profunda angustia a Dios, tal como el ciervo brama. El mensaje más poderoso es el auto-consejo. El salmista no espera a que el sentimiento de esperanza regrese mágicamente; en cambio, activamente le exige a su propia alma que "espere en Dios". Esto nos reta a predicar la verdad de la Palabra a nuestros propios corazones abatidos, recordándonos las promesas de Dios cuando las emociones nos sumergen en el pesimismo. Cuando el mundo (o nuestra propia mente) nos pregunta "¿Dónde está tu Dios?", la respuesta de fe, inspirada en este salmo, debe ser: 'Espera en Él, porque aún le alabaré'.
Oración Basada en el Salmo 42
Oh, Dios vivo, mi alma brama por ti con una sed que solo tu presencia puede saciar. Confieso que hay momentos en que me siento lejos de tu rostro, y el recuerdo de tu bondad me causa dolor en mi soledad. Señor, calma la tormenta de mi corazón. Reprendo a mi alma abatida y le exijo que espere en tu fidelidad inquebrantable. Aunque las olas de la duda y la opresión intenten hundirme, yo sé que tú eres mi Roca. Manda tu misericordia de día y pon tu cántico en mi boca durante la noche. Ayúdame a ver que mi salvación y mi gozo se encuentran solo en ti. En el nombre de Jesús. Amén.



