Salmos para los que Hablan Mal de Mi
Salmos contra las Mentiras
Salmo 3:1-3: "¡Cuántos son mis enemigos, Señor! ¡Cuántos se levantan contra mí! Muchos dicen de mí: 'Dios no lo salvará'. Pero tú, Señor, eres mi escudo, mi gloria, el que mantiene erguida mi cabeza."
Salmo 5:9: "No hay sinceridad en sus palabras, su corazón trama violencia; su garganta es un sepulcro abierto, y su lengua, lisonjera."
Salmo 7:1-2: "Señor, Dios mío, en ti me refugio; sálvame de todos los que me persiguen y líbrame, para que nadie, como un león, me desgarren y me destrocen sin que nadie me salve."
Salmo 10:7: "Llena está su boca de maldición, de engaños y de fraude; bajo su lengua hay malicia y maldad."
Salmo 12:3-4: "El Señor cortará todos los labios lisonjeros y la lengua que habla jactanciosamente, a los que han dicho: 'Prevaleceremos con nuestra lengua; nuestros labios son nuestros; ¿quién es Señor sobre nosotros?'"
Salmo 15:1-3: "Señor, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu santo monte? El que anda en integridad y obra justicia, y habla verdad en su corazón; el que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni acepta reproche contra su vecino."
Salmo 17:3-4: "Tú has probado mi corazón; me has visitado de noche; me has puesto a prueba y nada inícuo hallaste. He resuelto que mi boca no transgredirá."
Salmo 19:14: "Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Señor, roca mía y redentor mío."
Salmo 31:13: "Porque oigo la calumnia de muchos, el miedo me asalta por todas partes, mientras conspiran juntos contra mí y planean quitarme la vida."
Salmo 34:13: "Guarda tu lengua del mal y tus labios de hablar engaño."
Salmo 35:19-20: "No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos, ni los que me aborrecen sin razón guiñen el ojo. Porque no hablan paz, y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas."
Salmo 37:30: "La boca del justo habla sabiduría, y su lengua habla justicia."
Salmo 39:1: "Dije: 'Guardaré mis caminos para no pecar con mi lengua; guardaré mi boca con freno en tanto que el impío esté delante de mí'."
Salmo 52:2-4: "Lengua engañosa, tú tramas destrucción, como una navaja afilada, haciendo engaño. Tú amas el mal más que el bien, la mentira más que la verdad."
Salmo 55:21: "Las palabras de su boca son más suaves que mantequilla, pero guerra hay en su corazón; sus palabras son más blandas que el aceite, pero son espadas desenvainadas."
Salmo 59:12: "Por el pecado de su boca, por las palabras de sus labios, sean ellos atrapados en su soberbia; y por las maldiciones y mentiras que profieren."
Salmo 64:2-3: "Escóndeme del consejo secreto de los malignos, de la conspiración de los que obran iniquidad, quienes afilan su lengua como espada y disparan sus palabras amargas como flechas."
Salmo 101:5: "Destruiré al que en secreto calumnia a su prójimo; no sufriré al de ojos altaneros y de corazón arrogante."
Salmo 109:2-3: "Porque boca de impío y boca de engañador se han abierto contra mí; han hablado de mí con lengua mentirosa, me han rodeado con palabras de odio y peleado contra mí sin causa."
Salmo 120:2-3: "Líbrame, Señor, de los labios mentirosos, y de la lengua engañosa. ¿Qué te dará, o qué te aprovechará, oh lengua engañosa?"
Salmo 140:3: "Han aguzado su lengua como la serpiente; veneno de víbora hay debajo de sus labios."
Salmo 141:3: "Pon guarda, Señor, a mi boca; guarda la puerta de mis labios."
Salmo 143:3-4: "Porque el enemigo ha perseguido mi alma; ha postrado en tierra mi vida; me ha hecho habitar en tinieblas como los que han muerto hace mucho tiempo."
Salmo 144:11: "Rescátame y líbrame de la mano de los hijos extraños, cuya boca habla vanidad, y cuya diestra es diestra de falsedad."
Salmo 35:1-2: "Disputa, Señor, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten. Echa mano del escudo y del broquel, y levántate en mi ayuda."
Estos salmos pueden ser útiles para orar y reflexionar cuando se enfrentan situaciones difíciles con aquellos que hablan mal de ti.
¿De Dónde Vienen los Salmos?
Los Salmos forman parte del Antiguo Testamento de la Biblia y se encuentran en el libro conocido como "Los Salmos" o "El Salterio". Se cree que fueron escritos a lo largo de varios siglos por diferentes autores. Tradicionalmente, se atribuyen muchos de ellos al rey David, aunque también se mencionan otros autores como Asaf, los hijos de Coré, Salomón y Moisés.
¿En qué momento se rezan los Salmos?
Los Salmos pueden ser rezados en cualquier momento, pero existen ocasiones específicas en la vida litúrgica y en la oración personal en las que se suelen utilizar:
Liturgia de las Horas: También conocida como el Oficio Divino, es la oración oficial de la Iglesia Católica y se recita en momentos específicos del día: Laudes (al amanecer), Vísperas (al atardecer) y Completas (antes de dormir), entre otras horas menores.
Misas y Servicios Litúrgicos: Los Salmos se utilizan en la liturgia de la Misa, especialmente durante el Responsorial, que se canta o se recita después de la primera lectura.
Oración Personal: Los creyentes pueden rezar los Salmos en cualquier momento como parte de su oración diaria. Son particularmente útiles durante momentos de necesidad espiritual, como en tiempos de enfermedad, angustia, o para dar gracias y alabar a Dios.
Celebraciones Especiales: Los Salmos también se recitan durante celebraciones especiales como funerales, bodas y bautizos, proporcionando consuelo y alegría a los presentes.
Los Salmos son una parte integral de la vida de oración y adoración en la tradición cristiana, proporcionando un medio poderoso para conectar con Dios a través de palabras sagradas que han sido veneradas durante milenios.
Oración para los que Hablan Mal de Mi
Tú conoces la verdad de cada situación y sabes lo que se oculta en el corazón de cada persona.
Te pido, Señor, que me des la fortaleza para soportar las calumnias y las críticas injustas. Ayúdame a mantener mi integridad y mi paz interior, a pesar de las palabras hirientes que puedan lanzarse contra mí. No permitas que la amargura o el rencor aniden en mi corazón.
Te ruego también por aquellos que hablan mal de mí. Llénalos de tu amor y tu misericordia, y transforma sus corazones. Ayúdales a encontrar la paz y a actuar con bondad y justicia. Que tus enseñanzas les iluminen y que puedan ver el daño que causan con sus palabras.
Dame la sabiduría para responder con gracia y la paciencia para esperar tu justicia. Ayúdame a perdonar, tal como tú me has perdonado, y a seguir tu camino de amor y compasión.
En tu nombre, Jesús, pongo mi confianza y mi esperanza. Amén.